Hoy estoy al lado de Diego, ahora llevamos 10 años de experiencias, mas malas que buenas en nuestras espaldas.
Estamos sentados alrededor de una meza, en un bar llamado Queirolo, en el Jiron Quilca, en el centro de Lima.
Nos sentamos cerca a una ventana por donde podemos ver a la gente transitar por la avenida.
Hoy no hablamos de las niñas de la escuela, de los dibujos animados que veiamos por las tardes en la TV, de como les ganariamos en las pichangas a los del barrio vecino, ni de lo que hariamos para pasarla bien en las vacaciones de verano, Hablabamos de como era nuestra vida una decada despues.
Hoy el estudia en una universidad privada de elite, cursa por segunda vez el cuarto ciclo de una carrera que no lo llena en lo mas mínimo y por la cual ha comenzado a sentir un enorme resentimiento.
Hoy esta deprimido. Hace unos días su entrenador le había advertido que lo separaría del equipo, si seguía faltando tanto a los entrenamientos.
Es que Diego juega en un equipo de segunda división, el alterna la universidad con el fútbol, su pasión, pero la universidad absorbe todo su tiempo y cada vez le es mas difícil asistir a los entrenamientos de su equipo.
Diego culpa a su viejo el no estar en estos momentos en un equipo de Primera división, jugando como solo el sabe hacerlo y dejándolo todo en la cancha.
Y es que el motivo por el cual el hoy estudia una carrera universitaria que no lo satisface en lo mas mínimo, es que solo así su viejo le permitiría seguir jugando al Fútbol como hobby, cuando para el esto es una pasión, es el principal motivo de su vida, el motivo de su despertar diario.
Pero la universidad le quita demasiado tiempo y a esto se debe agregar que Diego no es nada hábil para la universidad, es algo bruto por decirlo de algún modo, lo que para sus compañeros es sencillo para el es todo un reto.
Hoy teme que su peor pesadilla se cumpla y lo separen del equipo, faltan dos semanas para sus exámenes Finales y todo es cada vez mas complicado en la universidad, si no aprueba los finales repetirá el ciclo nuevamente y si no va a los entrenamientos, es un hecho que lo echaran del equipo
Me dijo que había pensado mil veces en dejar la universidad pero que le faltaban huevos, Le dije que mas bien los tenia por no dejarla. Converso muchas veces con su viejo, demasiadas según el, tratando de persuadirlo para que lo apoye en el futbol, pero siempre obtuvo la misma respuesta tajante, seca y cortante.
-Ni cagando serás un pelotero mas, yo Ingeniero y mi hijo futbolista, eso nunca.Diego hundió la mirada en su copa de vino luego de hablar de su padre, el resentimiento que siente por el me hizo sentir un sabor amargo en los labios y anudo mi garganta.
No tuve mejor idea que recordarle aquel memorable partido, que jugamos con el alma y que el vivió como los últimos minutos de su vida, 90 minutos que merecían ser recordados. Diego se sintió vivo nuevamente, inflo su pecho y se sintió orgulloso de si mismo, recordó que no era de los que se dejaban vencer fácilmente, que la perseverancia era una de sus virtudes que había olvidado en aquel partido.
Me pido un consejo y me hubiese gustado darle el mejor, el correcto, el que necesitaba para volver a tomar las riendas de su vida, en cambio solo dije:
-Tu sabes que estamos en las mismas, si yo supiese que hacer, ten por seguro que ya lo sabrías.
-Y si yo supiera que hacer tu también lo sabrías, tanto tiempo y aun tan indecisos e inmaduros como ayer.
El silencio y las risas sin sentido invadieron la conversación, y tras terminar una botella de vino y muchas mas de cerveza culmino este encuentro.
Nadie dio una respuesta sensata a nuestras interrogantes, nadie dijo lo que el otro necesitaba oír quizás porque nadie sabia lo necesitaba oír, Solo nos despedimos tomando rumbos distintos, prometiendo volver a encontrarnos en algun momento y deseando que todo nos vaya bien.
Quizás algún día esas interrogantes que tanto angustian se diluyan con el paso del tiempo.
blog Bar Queirolo Hoy encuentro amistad Universidad interrogantes deciciones padre experiencias ZmSLabels: ZmS_Cuentos